Recientemente, algunas empresas chinas están invirtiendo a gran escala en fábricas en Indonesia, principalmente en los sectores de baterías para vehículos eléctricos y manufactura. Esta tendencia ha suscitado la atención sobre los cambios en la configuración de la cadena de suministro global.

Indonesia se ha convertido en un destino de inversión preferido por las empresas chinas por dos razones principales. Primero, Indonesia tiene costos laborales bajos y abundantes recursos de níquel, que son materias primas clave para la producción de baterías de vehículos eléctricos, lo que puede reducir significativamente los costos de producción. En segundo lugar, en el actual complejo entorno comercial internacional, exportar desde Indonesia puede evitar ciertas restricciones comerciales, ofreciendo a las empresas más flexibilidad.

Sin embargo, a pesar de que la región de Asia Sudeste está atrayendo cada vez más inversiones en manufactura, es difícil que a corto plazo reemplace por completo la posición de la manufactura de China. China ha establecido a lo largo de los años un sistema de cadena de suministro completo y eficiente, lo cual es una ventaja que los países del Sudeste Asiático aún no pueden igualar.

Esta tendencia se asemeja más a una optimización y complemento de la cadena de suministro global, en lugar de un simple reemplazo. China probablemente continuará manteniendo su ventaja en el campo de la fabricación de alta gama, como la producción de chips y equipos de precisión, mientras traslada algunas industrias de fabricación de bajo costo y mano de obra intensiva a países del sudeste asiático.

Cabe destacar que China sigue manteniendo una posición dominante en tecnologías clave y materias primas. Los países del sudeste asiático desempeñan más el papel de fábricas subcontratadas, mientras que las tecnologías centrales y los recursos clave siguen en manos de las empresas chinas.

En general, este cambio en la disposición de la manufactura refleja el ajuste dinámico de la cadena de suministro global. China sigue siendo el núcleo de la manufactura global, solo que ha trasladado parte de las industrias intensivas en mano de obra a otras regiones. Este cambio no solo beneficia la actualización de la estructura industrial de China, sino que también proporciona oportunidades para el desarrollo económico de los países del sudeste asiático.

Para los inversores, esta tendencia merece atención. Tanto las empresas chinas que se han establecido en el sudeste asiático como las industrias locales relacionadas podrían beneficiarse en este proceso. Sin embargo, las decisiones de inversión deben tomarse con precaución, considerando adecuadamente diversos factores de riesgo.